domingo, noviembre 01, 2009

Día de los difuntos


Hoy es uno de esos días raros. Los recuerdos se acumulan en nuestras memorias y traen olor de flores y de cementerio, de agua podrida y de manzanas de caramelo.
Hoy es uno de esos días en los que los feriantes hacen su agosto, vendiendo golosinas mientras regresan los difuntos.
Hoy las abuelas recuperan el luto y llevan escobas. Limpian panteones y se relacionan, como si el cementerio fuera otra cosa y no la fosa, en la que moran los muertos como a la espera de esposa.
Y al crecer se pierde el sentido. Se celebra la víspera y se anhela la fiesta. Las abuelas siguen fregona en mano, lustrando lápidas, pasando paños.
Y los nietos siguen correteando, comen palomitas y se pierden entre las pequeñas calles del camposanto.
Los muertos vuelven a tumbarse en sus camas, comer de sus platos y beber de sus tazas. Los muertos regresan y descansan de nuevo, a la sombra escondida de la luz de las velas.
Y mi cirio titila con el haz de mi infancia, que ya no corre ni sueña ni nada.

Medalla de oro Ediciona

AQUÍ ESTAMOS

Hemos vuelto. No sé hasta cuando, si siquiera sé si escribieremos con asiduidad o pasará lo mismo que la vez anterior. En cualquier caso, lo que sí que haremos será intentarlo.