martes, abril 17, 2007

¿Cómo ser humano y salir mal parado?

Bueno, hay muchas respuestas a esta pregunta, tantas como lombrices en el culo de un niño de siete años. Por ejemplo, si un chino residente en EEUU (chino, chino… no es, lo que pasa es que tiene ojos y nombre de chino; y vive en EEUU desde hace mucho tiempo; y además no tiene acento de chino, ¿es chino o no?) se ventila a 30 estudiantes de su universidad a balazo limpio y los que han salido vivos del tiroteo se ponen a rezar, el ser humano, evidentemente, sale muy mal parado.

El S.H. vuelve a darse de morros con su propia mismidad cuando le están diciendo que la energía renovable no funcionará porque para salvar el planeta necesitamos otra vía de efectos mucho más inmediatos, y se conforma con el gustito que le entra al clasificar la basura e irse a tomar por culo de su casa para repartirla entre los bonitos contenedores de diferentes colores.

Y volvemos a rascarnos las costras (joder, como pican) cuando lloramos por doscientos de los nuestros y ni siquiera nos molesta un poquito que cada día, en Irak, se vayan al otro barrio 20 como mínimo, casi todos los días. Pues vaya una costra de mierda, si lo sé ni me la rasco y hago como que no me pica, o mejor, me hago una crucecita en la herida con las uñas, como me enseñó María, la mujer que limpiaba en casa de mi abuela cuando yo era pequeña, para que duela unos segundos y deje de picar. Realmente funcionaba, sobre todo cuando te picaba uno de esos titánicos mosquitos que rondaban en los veranos de mi infancia por las calles de mi pueblo. Y eso es lo que somos en general, mosquitos cojoneros con un gran cuerpo lleno de costras por arrancar. Algunos hasta llegan a morderse a ellos mismos para luego comerse la costra (picar, curar y alimentarse. Así todo queda en familia y para uno mismo). Qué bonito.

Ejemplos como estos hay miles, como ya sabéis. La cuestión es que no sé cómo coño deshacer esa pregunta, rehacerla, para convertirla en ¿cómo ser humano y no salir mal parado? Podríamos invertir los ejemplos anteriormente citados, aplicando a cada uno la solución más viable. Si, en cuanto a la cuestión del chino asesino, diéramos la vuelta a la reacción generalizada del pueblo estadounidense y, como en un espectáculo de marionetas, organizáramos a los personajes por estados, cuya idiosincrasia fuera la negación de la posesión libre de armas, tendríamos una nueva reacción orientada positivamente hacia el cómo no salir mal parado. Pero, el ser humano no está preparado para afrontar ejemplos varios, esparcidos por todo el planeta. El humano es siempre lo concreto, por lo que la única manera de dar la vuelta a la pregunta formulada al comienzo del escrito, sería haciendo posible que cada uno de nosotros sufriera en sus carnes los éxitos y pérdidas de todos los demás. ¿Cómo lo hacemos? ¿Terrorismo masivo de todos los tipos y colores? ¿Haciendo que cada uno de nosotros sufra por y como todos los demás aún teniendo la suerte de no sufrir directamente? Esto es ciencia ficción, en parte. No podemos sufrir por los demás, ni hacer a la lógica funcionar de forma unánime. No podemos dejar de salir mal parados, dado que como especie no funcionamos, y dudo que lleguemos a hacerlo alguna vez a no ser que nos pongan a los seis mil millones contra las cuerdas. Es un poco triste. Si alguien me puede contar un caso en el que todos hayamos estado de acuerdo en cuanto a algo tan simple, o tan complejo, como la vida y la muerte, que me lo diga.