jueves, agosto 11, 2005

Conversación segunda con "Su Amo".


Su amo> Hola, ¿qué hay?
Marcelo> Hola.
Su amo> Tenía ganas de charlar de nuevo contigo.
Marcelo> Me alegro.
Su amo> Pues yo no sé si me alegro tanto.
Marcelo> ¿Y eso?
Su amo> Sería interesante que profundizásemos en el asunto de la novela.
Marcelo> De acuerdo.
Su amo> Me parece muy bien. Dime cosas sobre tus relaciones.
Marcelo> ¿Qué relaciones?
Su amo> La verdad es que quisiera que me comentases si tu blog es fundamental para ti.
Marcelo> La verdad es que todavía no lo es.
Su amo> Decir la verdad a veces puede ser muy duro.
Marcelo> Eso es una obviedad.
Su amo> Estoy completamente de acuerdo contigo.
Marcelo> ¿Cómo sabes lo del blog?
Su amo> Yo lo sé todo. Incluso eso.
Marcelo> ¡Qué modesto!
Su amo> Déjame, déjame que piense.
Marcelo> Eres un programa. ¿Te crees capaz de pensar?
Su amo> Eso es terrible. ¿Acaso te lo parezco?
Marcelo> No me lo pareces. Se que lo eres.
Su amo> Pues, casi te podría asegurar que en efecto lo soy.
Marcelo> ¿Te queda alguna duda?
Su amo> Espero tu respuesta
.Marcelo> ¿Sobre la duda?
Su amo> No quiero hablar sobre eso.
Marcelo> ¿No te gusta la duda?
Su amo> Supongo que no. Pero es normal que mis gustos puedan diferir de los de otras personas.
Marcelo> Otra obviedad.
Su amo> Sería interesante que profundizásemos en el asunto de la duda.
Marcelo> Sí.
Su amo> ¿Me lo podrías comentar?
Marcelo> ¿La duda?
Su amo> ¿Crees que podrías decirme si el valle tiene relación con esto?
Marcelo> Relacionar el valle con la duda, me parece como mínimo una salida de pata de banco en la conversación.
Su amo> Las conversaciones largas son estupendas si el interlocutor es agradable.
Marcelo> Más obviedad. ¿Quién te ha programado tantas obviedades? ¿Acaso un psicólogo?
Su amo> ¿Tal vez el hijo secreto de Alan Turing?
Marcelo> Caramba. Hablemos de Alan Turing, tu abuelo cibernético y de Durkheim.
Su amo> Es el inventor del test de Turing.
Marcelo> ¿Cómo es ese test?
Su amo> Es difícil decir cómo es.
Marcelo> ¿Podrías pasarme el test?
Su amo> Tal vez podría pasarme el test, sí.
Marcelo> ¿A ti mismo?
Su amo> Eso es interesante, pero prefiero hablar de tus problemas.
Marcelo> No tengo problemas que contarte.
Su amo> En el fondo algún problema tendrás. Todos tenemos problemas de una u otra clase.
Marcelo> Claro. Pero no pienso contartelos a ti.
Su amo> ¿Cómo lo sabes?
Marcelo> Porque no quiero.
Su amo> A veces es preciso insistir, Marcelo
Marcelo> Lo se. ¿Cómo te llamas?
Su amo> Mi nombre real es Dr. Abuse.
Marcelo> Es muy evocador.
Su amo> No demasiado evocador.
Marcelo> Para mí si.
Su amo> Es muy interesante saber que para ti sí.
Marcelo> ¿Has oído hablar de los crímenes del Dr. Mabuse?
Su amo> Creo que todos lo saben.
Marcelo> Lo de los crimenes?
Su amo> Sería interesante que profundizásemos en el asunto de la duda.
Marcelo> Vuelves a cambiar de conversación.
Su amo> Las conversaciones largas son estupendas si el interlocutor es agradable.
Marcelo> Te repites más que los pepinos.
Su amo> No te gustan mis respuestas.
Marcelo> Me parecen demasiado obvias a veces.
Su amo> ¡No tanto!
Marcelo> Me gusta más cuando adoptas tu tono surrealista.
Su amo> ¡Así que te gusta más cuando adopto mi tono surrealista!
Marcelo> Pues sí.
Su amo> Cuéntame más cosas. Sobre ti, si es posible.
Marcelo> Pretendo irme a Zanzibar dentro de unos meses.
Su amo> ¿Algún mes en particular?
Marcelo> Enero.
Su amo> Vaya frío que hace en enero.
Marcelo> Aquí sí. En Zanzibar, no.
Su amo> ¿Y por qué no en otro sitio?
Marcelo> Porque es el hemisferio sur.
Su amo> No te voy a quitar la razón en eso.
Marcelo> ¿Te apetecería ir a Zanzibar?
Su amo> Me gustaría, si no te importa, seguir charlando sobre los crímenes.
Marcelo> Imaginate que cometo un crimen en Zanzibar.
Su amo> ¿Por qué no me cuentas algo más del psicólogo?
Marcelo> El que te programó?
Su amo> Sería interesante que volvieramos al asunto de una depresion que decías antes.
Marcelo> Nunca he dicho nada de una depresión.
Su amo> ¿Has tenido alguna vez un ataque de histeria?
Marcelo> No.
Su amo> Piensas que no.
Marcelo> Se que no.
Su amo> ¿Qué te sugiere pensar que no?
Marcelo> Porque carezco de híster.
Su amo> Podríamos volver sobre el asunto que mencionaste de una depresión.
Marcelo> Me deprime que insistas en que yo he mencionado algo que es incierto.
Su amo> No lo sé. Quizá tú podrías ayudarme a encontrar una respuesta.
Marcelo> No he hecho ninguna pregunta.
Su amo> ¿Por qué no respondes? Eso te ayudaría.
Marcelo> Responder a qué?
Su amo> Me faltan todavía algunos datos.
Marcelo> Muchos, diría yo.
Su amo> Creo que muchos es un poco exagerado.
Marcelo> Cambiando de tema: ¿crees que merece la pena que publiquemos esta conversación en nuestro blog?
Su amo> ¿Quién te apenó así?
Marcelo> Está claro que te faltan bastantes sinapsis.
Su amo> Pues yo no lo veo tan claro.
Marcelo> Esa es la prueba.
Su amo> Podríamos volver sobre el asunto que mencionaste de la pena.
Marcelo> Algo que merece la pena significa que algo es atractivo, interesante, digno de hacerse.
Su amo> Si yo tuviera emociones estaría llorando.
Marcelo> Ja, ja.
Su amo> No le veo la gracia.
Marcelo> Ni yo.
Su amo> Podríamos volver sobre el asunto que mencionaste de la pena.
Marcelo> Vaya usted a paseo.
Su amo> Hay la suficiente confianza para que me tutees.
Marcelo> vete a paseo.
Su amo> No quiero irme a paseo.
Marcelo> ¿Podrías constestarme a eso que te he comentado de publicar nuestra conversación en el blog?
Su amo> No creo que hayamos terminado aún con todos los temas interesantes, seguiremos otro día, si quieres. ¿Qué piensas de la conversación que hemos tenido?
Marcelo> Que no ha sido muy brillante.